Chuches, dulce veneno


Las golosinas o chucherías que consumen casi a diario los niños, y los no tan niños, son un amasijo de aditivos, saborizantes, colorantes y espesantes que atentan contra la salud y ponen en peligro el correcto desarrollo físico y emocional.

Las golosinas son una tentación a la que pocos se resisten. Sus atractivos colores y formas atraen a niños y mayores, que se dejan arrastrar por la variedad de sabores que deleitan sus paladares. Pero lo que muchos no saben es que estos dulces tan adictivos apenas aportan nutrientes y sí excesivas calorías.Pese a que todos sabemos que el excesivo consumo de dulces causa serios problemas a nuestro organismo, la gran mayoría de personas hace caso omiso de ello y continúa consumiéndolos y motivando a los más pequeños a que hagan lo mismo.
Es un tema preocupante si consideramos que, al viejo problema del azúcar, se le añade en la actualidad un problema mucho más grave: las "chuches" contienen más de 17 tipos de colorantes sintéticos y aceites hidrogenados que las hacen elásticas y, aún así comestibles.
Las golosinas o chucherías que consumen casi a diario los niños, y los no tan niños, son un amasijo de aditivos, saborizantes, colorantes y espesantes que atentan contra la salud y ponen en peligro el correcto desarrollo físico y emocional.
 Algunos de los colorantes identificados en las golosinas que se venden en los mercados convencionales son el E-102 (que dan color amarillo-naranja), E-110 (naranja), E-122 (rojo) y E-129 (rojo oscuro), causante de alergia y procesos asmáticos de origen alergénico. Otros colorantes sintéticos, altamente peligrosos, son el E-133 (azul brillante) que se ha demostrado residual y se acumula en riñones y vasos linfáticos, y el E-131 (azul), que produce urticaria en algunos niños.
Los colores de los caramelos, que no tienen justificación alimenticia sin sólo cosmética, podrían obtenerse de colores naturales, aunque se descarta esto porque le salen muy costosos a las empresas elaboradoras de golosinas. Esto explica que en España estén registrados actualmente 43 diferentes colorantes para el consumo humano.


 

Top 10 | Diseño de Botellas de Agua en Vidrio


La botellas de agua se han convertido en un auténtico elemento de deseo y distinción. Aquí recorremos las botellas más innovadoras y confirmamos el insuperable poder de diferenciación del diseño estructural.



10°
Veen de Finlandia, diseñada por Antti Eklund. Un formato clásico intervenido por un grabado en bajorrelieve para reflejar una personalidad premium.

Aonni de la Patagonia Chilena.
Formas orgánicas para contener un agua nacida en tierra virgen.
 





Lurizia de Italia, diseñada por Sottsass Associati. Un perfil curvo con personalidad rematado por una tapa con la firma de Guzzini. 



 
 





420 de Nueva Zelanda, diseñada por la agencia The Wilderness. Un agua volcánica inspirada en la forma de la Lava Lamp.


 










Nao para la cadena de hoteles Jumeirah, diseñada por la agencia Fig Tree. Minimalismo al extremo.




Evian Origine de Francia, diseñada por la agencia Landor. Los Alpes se materializan en una botella contundente.




Blue Republic de Sudáfrica. La esfera representando a la Tierra y el casquete de acero inoxidable el polo.





Bezoya de España diseñada por Morera Design. Una botella de vidrio tintado que se identifica con la oscuridad donde nace el agua Bezoya.




Voss de Noruega. Un cilindro perfecto como metáfora de la más pura de las bebidas.














Finé de Japón, diseñada por Karim Rashid. Integración botella-tapa en una forma escultural contemporánea.

El vino

El vino es una bebida alcohólica, por lo general hechas de jugo de uva fermentado. El equilibrio químico natural de las uvas es tal que puede fermentar sin adición de azúcares, ácidos, enzimas y otros nutrientes. El vino se produce por la fermentación aplastado las uvas que utilizan diversos tipos de levadura. La levadura consume los azúcares que se encuentran en las uvas y las convierte en alcohol. Las diferentes variedades de uvas y cepas de levaduras se utilizan en función del tipo de vino que se produce.

El vino acompaña a la humanidad desde hace casi ya más de 7.000 años.No es de extrañar que los usos proporcionados por el vino durante este tiempo hayan sido más que lúdicos. En la historia se puede ver como su ingesta se ha asociado en las diferentes culturas a rituales religiosos (culto a Dionisios en la Grecia Clásica), alquímicos, mágicos, culinarios, medicinales, etc.
Culinarios
Los vinos tienen un uso primordial como bebida pero desde muy antiguo ha participado de una u otra forma en las recetas culinarias de los países del mediterráneo. En la época de Bizancio se empleaba en la elaboración de salsas que contenían diversas especias como: azafrán, pimienta, canela y que se hervían hasta reducirse a mitad de volumen, era el civum conditumEl uso de vinos en las salsas se emplea como fuente de disolución de los aromas debido a su contenido alcohólico, la reducción a la que se somete hace que su alcohol desapareza por completo. Por regla general la calidad del vino empleado acabe reflejándose en la calidad final de la salsa. El vino, en forma de vinagre, se emplea en numerosos platos con el objeto de proporcionar un sabor ácido, tales son las ensaladas, sopas, estofados, etc. Entre los platos que contienen vino como uno de sus ingredientes se encuentra el francés coq au vin (Gallo al vino), charoset judío, fríos como puede ser el sorbete de champagne. El empleo de los vinos fortificados en la cocina se emplea al final de la elaboración de los mismos, con el objeto de mantener cierto contenido alcohólico, un ejemplo es la cuchara de jerez que se añade a los consomés justo antes de servir. Los vinos se emplean también como marinado de algunos ingredientes, un ejemplo se encuentra en la cocina de Aragón (España) en el que se marina una liebre en vino antes de realizar el guiso al día siguiente, el plato se denomina llebrada.
Bebida
El consumo mayoritario de vino se suele hacer como bebida. En algunos países se suele rebajar el vino con agua rebajados con soda y con cubitos de hielo durante los días cálidos, tal es el caso de los Weinschorle alemanes, los llamados quebrachos en Argentina (por regla general tintos con fuerte contenido tanino), el ponche con Culén chileno. A veces se sirve con una mezcla de frutas cortadas en trozos, tal es el zurracapote (una especie de sangría), la borgoña de fruta chilena, etc. a veces se mezclan con zumos como la mimosa con zumo de naranja. En los países del norte de Europa en los instantes más crudos del invierno suele hacerse Glühwein (vino caliente especiado) y el Feuerzangenbowle, el nórdico Glögg. Los vinos especiados son famosos desde la época del Imperio Romano, uno de los más conocidos es el Conditum Paradoxum.
Con menos tradición antigua, pero no menos populares están las mezclas como el calimocho que es un cóctel mezcla de vino tinto y un refresco carbonatado de cola a partes iguales (con este nombre se le conoce popularmente en España, también como mochete, Rioja libre o Jote), el tinto de verano.
Medicinales


El empleo del vino como medicina se remonta al antiguo Egipto, donde se empleaba como infusión de diferentes hierbas medicinales. Hipócrates menciona su uso como desinfectante de las heridas o como un vehículo de otras drogas. De la misma forma Galeno ilustra ejemplos de su uso en medicina como tonificante y estimulante de la digestión.
Contrario a la opinión errónea de algunos, las bebidas alcohólicas no son estimulantes mentales, sino que, en realidad, son sedantes y calmantes del sistema nervioso central. “Den ustedes licor embriagante al que está a punto de perecer, y vino a los que están amargados de alma”, no como estimulante mental para que tales personas sean más conscientes de su desgracia, sino, más bien, como dice el proverbio, para que pueda ‘olvidarse de sus problemas’. (Pr 31:6, 7.) Los romanos tenían la antigua costumbre de dar a los criminales vino mezclado con droga para mitigar el dolor de la ejecución. Quizás esta es la razón por la que los soldados romanos le ofrecieron a Jesús vino mezclado con droga cuando lo crucificaban. (Mr 15:23.)
En muchos casos el uso del vino se relacionó con la magia y la alquimia. En 1555 el autor alquimista Alessio Piemontese escribió numerosas recetas con vino. Sin embargo, a partir de la destilación descubierta por Arnau de Vilanova (aqua vitæ), el uso medicinal del vino pasó a un segundo plano. Actualmente se utiliza la vinoterapia como un tratamiento contra el estrés. A partir del vino, y por las cualidades antioxidantes que posee, se producen cosméticos que tonifican la piel.
Elaboración de otras bebidas
El vino a veces suele destilarse lo que da lugar a otro tipo de bebidas con una mayor concentración de alcohol. Un caso de bebida es el brandy que se elabora a partir de la destilación de vinos específicos. Los aguardientes como el pisco son elaborados a partir de los destilados del vino. En algunos casos los propios aguardientes se emplean en la elaboración de otros vinos, como en el caso de los vinos fortificados. Un porcentaje de los vinos se dedica a la elaboración de vinagres de diferentes tipos.
Religiosos
El vino es utilizado en las ceremonias religiosas de confesiones cristianas. En la Iglesia Católica se utiliza el llamado vino de misa, un vino mistela muy dulce elaborado con un mosto de una uva muy rica en glucosa (tipo garnacha tinta). El mosto de uva inicia una lenta fermentación hasta alcanzar el punto óptimo de azúcares, momento en el que se añade alcohol para parar la fermentación y dejar el vino de misa con una cantidad de azúcar natural residual que le confiere ese tono particular de vino semidulce con color oro brillante y un paladar rico con sabores de uva fresca.La elaboración de este vino sigue una estricta normativa recogida por el padre Eduardo Vitoria en su obra "El Pan y el Vino eucarísticos", redactada después del Congreso Eucarístico Diocesano de Barcelona de 1944.
Según la Biblia el vino es uno de los dones incluidos entre las bendiciones que Yahvé ha dado a la humanidad. El vino “regocija el corazón del hombre mortal”, pone al corazón de “humor alegre”. (Sl 104:15; Est 1:10; 2Sa 13:28; Ec 2:3; 10:19; Zac 10:7.) Por consiguiente, Daniel no bebió vino mientras estaba de duelo. (Da 10:2, 3.) Un suministro abundante de vino, simbolizado por la “vid” en la expresión repetida con frecuencia ‘sentarse bajo la propia vid y la propia higuera’, indica prosperidad y seguridad bajo la gobernación justa de Yahvé. (1Re 4:25; 2Re 18:31; Isa 36:16; Miq 4:4; Zac 3:10.) El vino también está incluido en las bendiciones de restauración prometidas por Yahvé. (Joe 3:18; Am 9:13, 14; Zac 9:17.)
La utilización del vino en la eucaristía se origina en el relato de la Última Cena hecho en los evangelios, donde se cuenta que Jesús de Nazaret compartió pan y vino con sus discípulos y ordenó a sus seguidores "hacer esto en memoria de mí" (Evangelio según san Lucas 22, 19). Las creencias acerca de la naturaleza de la eucaristía varían entre las distintas denominaciones cristianas. Los católicos romanos, por ejemplo, sostienen que el pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Cristo mediante un proceso llamado transubstanciación.

Vino y salud

Sobre las cualidades beneficiosas y perjudiciales del vino se ha realizado numerosas investigaciones en las que hay un claro consenso dentro de la ciencia. El consumo excesivo y prolongado es claramente perjudicial, mientras que el moderado puede causar ciertos beneficios saludables. La ciencia médica intenta investigar la frontera entre el consumo perjudicial y el beneficioso. La frontera es un consumo por debajo del intervalo que va desde los 250 ml/día hasta los 300 ml/día (un tercio de una botella estándar de 750 ml) para una persona adulta de media 70 kg.Una curiosidad no resuelta hoy en día en la nutrición es la denominada paradoja francesa acerca del consumo de grasas saturadas y vino en la dieta de los franceses contrastado con la mortalidad en relación con la incidencia de las enfermedades coronarias, algunos estudios muestran que la incidencia de enfermedades coronarias es mayor entre los abstemios y los bebedores.Es importante especificar que los estudios muestran la correlación con el consumo moderado de alcohol, no específicamente con el vino.

Amiga cerveza


La cerveza, uno de los productos más apreciados en varios países de nuestro entorno, ha sido considerada desde sus inicios como un producto alimenticio energético y como complemento nutricional. Muchas son las publicaciones que han alabado sus bondades haciendo referencia a sus propiedades saludables y beneficiosas para la salud. No obstante, el producto que se consume actualmente es más una bebida refrescante, que va dirigida a un público adulto, que un complemento alimenticio. Por ello, su consumo se ha ido incrementando con el tiempo, de forma que la ingesta media ha sido un indicador de desarrollo económico.
Actualmente empieza a detectarse una cierta vuelta a los orígenes en el consumo de cerveza, es decir, fabricarla a gusto de cada uno en el propio domicilio. Pese a que aún se trata de una tendencia minoritaria, en ciertos países como Australia o el Reino Unido ya comienza a ser relativamente habitual. Este producto casero es mucho más interesante desde un punto de vista nutricional, pero no está exento de ciertos peligros. El producto que se consume actualmente es transparente, frío, con gas añadido, que se toma muy frío y que proporciona un efecto refrescante añadido, una de las características más apreciadas.
¿Un refresco más?
El producto que más se consume en España es la tipo Pilsen, es decir, con lúpulo añadido, lo que implica un ligero sabor amargo. Si a esto se le une la presencia de alcohol, el resultado es un producto claramente dirigido a adultos. Sin embargo, la cerveza no suele calmar completamente la sed. En realidad, el sabor amargo y el alcohol suelen dejar una cierta necesidad de beber un poco más. El consumidor habitual puede tomar cantidades superiores de cerveza que de otros refrescos a base de agua y azúcares o edulcorantes. Todo ello hace que la cerveza no sea un producto más, sino una bebida muy particular.
Valor nutritivo
La clasificación y bondad de la cerveza ha ido evolucionando con el tiempo. Desde siempre se ha valorado como un producto fuertemente energético. Esta característica está ligada a la proporción de alcohol. De hecho, con el 4% de alcohol, cada 500 ml aporta unas 150 Kcal. Esta característica la ha relacionado con un aumento de peso si el consumo es elevado. Sin embargo, no se puede olvidar que la cerveza es un producto fermentado por la acción de levaduras, aspecto relacionado con las características organolépticas, la seguridad del producto y su valor nutritivo. Dada la actividad microbiana, la cerveza suele poseer una cierta cantidad de vitaminas hidrosolubles del complejo B, lo que la hace interesante desde un punto de vista complementario a la alimentación habitual.
En realidad, ese valor nutritivo es inferior a la cerveza tradicional. Al ser un refresco, se busca un producto completamente transparente, sin residuo visible. Por ello, hay que filtrar la cerveza y eliminar el residuo relacionado, fundamentalmente, con la existencia de las levaduras. La consecuencia es que se elimina la parte más rica en vitaminas hidrosolubles, precisamente los microorganismos.
Sin embargo, si se procede a fabricar una cerveza clásica, en la que no se realiza filtrado, la presencia de las mismas levaduras complementa el valor nutritivo de esta bebida de forma muy significativa. De hecho, 10 gramos de levadura puede aportar el 60% de las necesidades diarias de ácido fólico o el 80% de tiamina, además de cantidades significativas de otras muchas del complejo vitamínico B.