Leyendas urbanas, también las hay sobre la miel


Miel y salud
Entre la población general es habitual hacer descansar sobre la miel una serie de beneficios y propiedades que aporta su consumo.
  • Miel y obesidad. La sustitución de otros edulcorantes con calorías como el azúcar de mesa por la miel no tiene mucho sentido desde el punto de vista calórico. Cuando se compara el valor energético de 100 g de uno y otro alimento -375 kcal. para el azúcar y 309 para la miel- se evidencia que la diferencia no es muy importante, máxime cuando el consumo de ambas se refiere a unas cantidades de entre 5 a 10 gramos con el fin de endulzar una infusión, un yogur, etc. En estos casos las diferencias entre el uso de una u otra opción se traducirían en diferencias poco relevantes, de 3 a 7 Kcal.
  • Miel y diabetes. Por su contenido en fructosa, la miel se recomienda con frecuencia entre la población diabética porque no provoca picos tan elevados en la glucemia (concentración de glucosa libre en sangre) como los que propiciaría el consumo de la misma cantidad de glucosa. Pese a ser cierto, la Asociación Americana de Diabetes es tajante en cuanto al uso de la fructosa o de alimentos que la contienen como edulcorante. En una investigación publicada en 2002 en la revista Diabetes Care, y con el fin de establecer criterios y recomendaciones basados en la evidencia para la población diabética, se advierte de que abusar de la fructosa (al margen de laque forma parte natural de frutas y hortalizas) puede aumentar los niveles de colesterol en pacientes diabéticos, y los niveles de colesterol y triglicéridos en sujetos sanos. En cualquiera de los dos casos anteriores, obesidad y diabetes, sustituir el azúcar de mesa por miel con el fin de encontrar una serie de ventajas nutricionales (disminución del valor calórico o de los picos de glucemia)resulta una medida de escaso valor siempre y cuando este cambio no se acompañe de otras estrategias con un mayor peso específico en dichas patologías. En ambos supuestos, la reducción de la ingesta calórica y de azúcares simples (sean los que sean) ha de ser una consigna prioritaria. Miel incluida.
  • Miel y mejora del sistema inmune. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA en sus siglas en inglés), máxima autoridad en cuanto a la legalidad en las declaraciones sobre salud a través del consumo de alimentos, declara que no hay suficiente evidencia científica como para poder atribuir a la miel la propiedad de mejorar el sistema inmune. De hecho, afirma: "La relación causaefecto entre el consumo de miel en panal y la mencionada declaración no ha sido establecida".
  • Miel y efecto laxante. Un alto contenido de fructosa en la miel podría tener según diversos estudios un ligero efecto laxante debido a la absorción incompleta de ésta. De nuevo la cantidad de consumo sugerida para lograr este efecto ronda los 100 g, es decir, se halla muy por encima de las recomendaciones en lo que al consumo de hidratos de carbono simples se refiere.